El tema de los LTG ha sido muy comentado en todos los medios durante varios días, pero quizá la postura más esperada es la de la sociedad.
El tema de los libros de texto rápidamente ha escalado grandes dimensiones. Y se entiende la inconformidad de las autoridades estatales y por supuesto, la de padres de familia y educadores, pues de acuerdo con los expertos que ya han revisado el material, están plagados de errores y de ideologías que nada tienen que ver con la formación educativa que merecen los niños.
Como es un tema que implica a todos los actores de la sociedad, la Iglesia católica también ha señalado su postura, en la que muestra su preocupación, como todos los involucrados, sobre los contenidos de escasa calidad y que se centran en ideologizar a los niños, suprimiendo contenidos de suma importancia para su desarrollo cognitivo, tales como las matemáticas, la lengua castellana, las ciencias y las habilidades tecnológicas y digitales, sumiendo en la incertidumbre el futuro de los estudiantes.
Al respecto, el presidente de la república comentó en su mañanera del 8 de agosto que había que preguntarle al pueblo lo que piensa, sin embargo, no dijo cómo lo hará, se limitó a decir que ya se irán manifestando. Pues si verdaderamente le interesa lo que opina el pueblo, debería estar enterado de que los amparos que se han interpuesto en los estados donde no quieren sus libros de texto gratuitos, han sido instancias políticas pero también organizaciones de padres de familia que se oponen a que sus hijos reciban su material. Las redes sociales así lo han confirmado.
Además, durante una rueda de prensa que ofreció la Diócesis de Celaya el domingo 13 de agosto, ocurrió algo interesante: una maestra y una madre de familia pidieron la palabra para externar sus puntos de vista (y como lo dijo el presidente, ya se está manifestando el pueblo).
Ninguna de las dos se identificó, sin embargo la primera dijo ser docente de primaria en el sector público en dos turnos, y a grandes rasgos, comentó que se encuentran en la incertidumbre, pues desde que se anunció la fórmula de la nueva escuela mexicana, ellos han sido el último sector al que se les ha informado cómo se llevará a cabo, porque nadie sabe a ciencia cierta cómo será el método de la enseñanza, ya que los que se proponen no son los más adecuados para hacer sus planeaciones.
Además, ellos se dan cuenta de la realidad que viven no solo los niños sino las familias completas y saben que al meterse en el método de enseñanza se trata de compartir la parte del ser, del sentir, de las emociones y de las situaciones que viven en sus casas, quizá les dan la oportunidad de ser creativos y hacer didáctica, sin embargo, los consejos escolares han llegado a comentar que, a pesar de que la escuela es laica, si los van a obligar a adoctrinar a los niños de esa forma, van a aprovechar su derecho de libertad de didáctica porque saben de los valores que necesita la sociedad para que realmente sea sana y podamos vivir en convivencia y en un ambiente sin problemas.
Por su parte, la otra persona expresó su preocupación como madre de familia, porque creía que el presidente no los había tomado en cuenta, pues había esperado cinco años para sacar estos libros, lo que la hace pensar que estamos camino a una dictadura ya que se está imponiendo algo que no favorece a sus familias y a la sociedad, y que como madres de familia tenían que levantar la voz y no dejárselo solo a las altas autoridades, ya que de por sí, su educación nunca ha sido la mejor, tenían que involucrarse y levantar la voz porque nos espera una dictadura en el futuro “si dejamos que nuestro propio presidente nos pisotee y nos lleve a la total ignorancia”, tal cual fueron sus palabras.
Queda claro que la sociedad opina y no se quedará cruzada de brazos. Ojalá que las autoridades escuchen y reaccionen, como dice el inquilino de Palacio Nacional, porque el pueblo manda y ya está ordenando lo que quiere que haga el que está contratado por seis años, y que recuerde, que ya se le están acabando.
Que Dios nos ilumine y nos ayude para que se haga lo que más convenga a nuestro país y a nuestra niñez.
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